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domingo, 12 de mayo de 2013

imborrable


Lo bonito de tu alma se te escapa por ojos y trepa hasta mi mirada, cegada hasta entonces por iris vacíos, sin más contenido que un color que irremediablemente me tornaba al negro. Sin embargo, tú llegas sin otra envoltura que tu risa—calmada y transparente—y te me plantas en frente dejando recuerdos que no me sepan amargos. Me ofreces abrazos y no silencios; abrazos cálidos, que cierran los ojos y abren el corazón, y llenan todos los vacíos que inundaban mi interior, causados por la repentina marcha de personas que importaron demasiado.
  Lo bonito de tu alma no necesita más presentaciones, llega como llega la primavera, lentamente y a la vez repentina: se alargan los días y así lo hacen también las sonrisas. Pero es que, aunque lo bonito de tu alma me abrace al atardecer, las golondrinas aún me recuerdan a otros vuelos; vuelos a los que quizás me acostumbré demasiado, a un alma que quizás no era clara, celeste y transparente como lo es la tuya, un alma que era puro caos y contradicción pero que, sin embargo, encajaba con la propia indeterminación de la mía. Que quizás él sea el otoño y tú la primavera, que quizás yo no llegue nunca a él como él si llegó a mí, que quizás valga más la calidez de tus manos a las suyas, demasiado ausentes... pero hace tiempo descubrí lo bonito de su alma y se tatuó en la mía. 

  


      (vivíamos rápido y nos amábamos lento; 
       qué bonito era cuando lo tenía cerca,
          y sus ojos eran medio míos,
          y los míos eran enteros suyos.) 


Carmen.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Aquí estás...

Cualquiera te saca hoy de mi mente.Te has alojado en un rincón de ella con tus maletas llenas de libros y 
algún que otro dibujo sin un tiempo fijo.Simplemente estás.
La inundas con tu mejor-y único- perfume.Se respira un éxtasis realmente alarmante,pero embriagador.
Empapelas las paredes con fotografías,cuadros de Klimt y alguno de Monet,mientras sin darte cuenta has ido conquistando poco a poco esta mente tan tuya y mía a la vez.
No preparada para recibir a ningún inquilino,llegaste,y resultaste ser el único capaz de vivir en aquel desorden.
Como decía el gran Salinas "dónde yo te espero sólo tú cabes",y efectivamente,aquí estás.


He aquí un pequeño homenaje al gran Aitor Saraiba creador de El Pajarillo, una novela gráfica que recomiendo a todos aquellos que son capaces de hacer cualquier cosa por AMOR, porque esta palabra de Cuatro Letras nos da el valor para hacer infinitas locuras por alguien.

Laura


sábado, 13 de abril de 2013

A little madness called love


La primera vez que te vi, estabas bailando. No llegué a saber si te dabas cuenta de que lo hacías, pero bailabas. Ibas por la calle como una estrella más del cielo, dando saltos sobre las hojas secas del suelo al ritmo de la música que salía de tus cascos. Llevabas un abrigo rojo, abierto; las manos metidas en los bolsillos. A pesar de lo que dijeran los termómetros, tú no parecías tener frío; yo dejé de sentirlo en cuanto te vi. El pelo bailaba contigo, y recuerdo como abriste los brazos e intentaste comerte el mundo a sonrisas. Entonces me comiste a mí. Sentí todo por dentro, incluso creo que a ti. Y quise conocerte, saber cuanta alegría cabía en tu interior. Y me acerqué, lo suficiente como para saber qué escuchabas. Don’t stop me now. Entonces me viste y tus ojos marrones arrojaron hacia mí ríos de luz. Estabas nerviosa. Quizás habías pensado que nadie te vería, que estabas sola en tu locura. Sonreí. Tú también. Y el cielo se hizo pedazos sobre mí. Llovieron nubes, estrellas… Y solo habías sonreído. Estaba perdido.  Luego me cogiste de la mano y corrimos. No sabía que decir, supuse que no hacía falta. Solo supe que eras increíble. Y tus pecas bailaban, y tú eras una estrella atravesando el cielo. Me uní a tu locura- quizás fuiste tú la que me llevaste a ella- y desafiamos juntos las leyes de la gravedad. Y corrimos hasta quedarnos sin aliento, corrimos bajo la banda sonora de Queen, que se repetía  en nuestras cabezas. Y cuando terminó, supe que todo había empezado. Que desde entonces, todo iba a ser perfecto. Me había enamorado, sí, me había enamorado de la chica de los guantes sin dedos, la sonrisa eterna y el pelo revuelto, la de los ojos caramelo y música en la cabeza a todas horas. Y supe que no, que no quería que nada ni nadie nos parara. Que tu locura sería mi calma. Y que sin tí, no sería nada.   


                                           Por Paloma

viernes, 9 de noviembre de 2012

Hace tiempo, soñé


Hace tiempo, soñé que entraba en un avión. Iba a perderme por los castillos de Francia. Pero antes de llegar, durante el vuelo, conocí a alguien que se sentaba a mi lado. Entonces no lo sabía, pero eras tú. Tenía tu misma sonrisa, las mismas ganas de viajar y de conocer mundo. Tenía tu voz y solo dejaba de hablar para escucharme a mí. Me miraba de la misma manera de la que me enamoré al conocerte. Se sentaba de la misma forma y al levantarse, caminaba igual que tú. No recuerdo su nombre, pero estoy más que segura de que era el tuyo.

Hace tiempo, soñé un sueño. Era un sueño, un simple sueño. Ahora, es real, estás a mi lado y cada día que amanece lo primero que mis ojos ven al despertar eres tú. Hay noches, en las que una teme que a la mañana siguiente no ocurra lo mismo, pero siempre pasa, y no hay mejor forma de despertarse que ésta.

Hace tiempo, soñé contigo y algo quiso que ese sueño fuera mi destino.

Hace tiempo, me gustaba irme a dormir para soñar. Ahora, prefiero despertar y olvidarme de los sueños para estar contigo.

Clau.

lunes, 17 de septiembre de 2012

you shake my world just with a blink

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Me gusta cuando dices mi nombre. Cuando lo haces, resuena en las paredes de mi corazón, y el timbre de tu voz viaja a través de mis arterias y llena mi cuerpo de música. Hasta mis costillas tienen ganas de bailar porque las notas de tu voz cuando mencionas mi nombre son tan distintas. La melodía que creas navega hasta los dedos de mis pies que de repente creen que soy Hermes y que pueden hacerme volar. Me cambias la piel de color: rosa, naranja, celeste... ¡soy un arcoiris! Mi mente se muda a París, inventa un idioma nuevo y vuelve en tren. Pero a la vez(esto es sorprendente), me vuelvo sorda y no escucho nada más que lo que acabas de decir, que resuena en mi cabeza una y otra vez, como cuando pones un vinilo en un gramófono y lo giras. 


 Y yo tan solo me pregunto: ¿cómo puedes hacer todo esto tan solo pronunciando seis letras?



Carmen 

martes, 28 de agosto de 2012

Si yo, tú ; si tú, conmigo...




Lau


Y que te conoces el mapa de mi alma, sabes que hay algo más detrás de mi mirada. Sabes abrir cada una de las puertas que te conducen a ella y trazar un camino de vuelta a casa. Tú que te has confesado a mi corazón y que mi mente te da la razón, conoces el significado de cada gesto y de cada latido. 
Y yo que prometí llevar tu voz allá a donde vaya, y ahora cada suspiro y cada aliento tuyo resuena en mi cabeza. Yo que me conformé con la vida hasta que apareciste tú; que te recordaré cada día de mi vida que tu amor es el más importante y que ya no hay formas ni fórmulas secretas que me hagan comprender que hay vida si no es contigo.
Y nosotros que teníamos un pequeño universo a nuestro alrededor, y cada uno de nosotros era el sol que daba vida. Que teníamos suficientes razones para no dejarnos escapar, que ningún reloj podía parar el tiempo cuando estábamos juntos, porque cada hora que estaba agarrada a tu mano era tan efímera como un cometa que volaba sobre nosotros. Y nosotros que teníamos tanto que ofrecer al mundo a cambio de ninguna lágrima…
Y para mí eres tan vital como el sol a las flores, resulta imposible sin ti.


domingo, 29 de julio de 2012

Y las cosas pequeñas, algún día, serán grandes

Tumblr_m6pjx2224i1rxaakgo1_500_largeHace tiempo encontré un botón. Y me enamoré. Sí, puede sonar estúpido y créeme, más estúpido me lo parece a mí. Pero nadie dijo que algo estúpido, tonto e insignificante no pudiera ser perfecto, maravilloso  y a la vez increíble.
Ocurrió hace semanas, meses quizá. He perdido la cuenta. Fue aquella tarde, cuando intentaba esconderme inútilmente de la lluvia bajo un paraguas de colores. Era un día frío y llovía a más no poder. Un día con nubes, un día de truenos, rayos, uno de esos días con sabor a café. No había vida en el cielo. Alguien ahí arriba debía estar muy enfadado.
Miré mis botas. El agua se extendía bajo ellas y tuve ganas de saltar y salpicar el mundo, de ponerle un final feliz a aquel día tan triste. Pero no lo hice. No lo hice porque estaba ahí. Pequeño, insignificante, azul, mirando el mundo con cuatro ojos ciegos, bajo la lluvia de febrero. Un botón. Como otro cualquiera, o al menos, eso era al principio. Me agaché para cogerlo, justo cuando un pequeño riachuelo iba a llevárselo. Pero lo agarré entre mis dedos a tiempo, y luego, una gota cayó sobre mi mejilla. Pero no, yo no lloraba, era feliz. Alguien ahí arriba debía estar muy triste.
Era azul, azul como el mar, como el color del mar en el día más soleado del mundo. Y, aunque esté loca, parecía que brillara. Lo guardé en mi mano mientras la lluvia caía, mientras a cada gota que bajaba desde el cielo, yo pensaba que era la mayor estupidez que jamás había pensado.  La gente pasaba y por suerte, mis pensamientos no se escuchaban- o eso esperaba. Y, mientras más y más charcos me salpicaban- mientras personas con prisa pasaban- vi al fondo la silueta de un chico cabizbajo. ¿Triste? ¿Estará triste en un día triste? Pensé, y casi me olvido en el botón. Poco a poco se acercó. Vestía nieve, vestía cielo. Y justo cuando vi que buscaba entre los charcos, lo supe.
-¿Buscas un botón?
-Exacto, ¿cómo lo has…?- dijo con una sonrisa de aquí a Plutón. Una sonrisa que se llevó a la mía consigo.
Y le vi. Eran azules, como el mar, como el color del mar en el día más soleado del mundo. Y, aunque esté loca, esta vez no hablaba de botones. Hablaba de sus ojos. De cómo sonrió al haber encontrado su botón- y quizá algo más- en el día más triste de la Tierra. Su pelo se revolvía. Parecía como si brillara el sol sobre él, y a la vez pasara un huracán. Su pelo se revolvía, como un campo de trigo revuelto sobre su frente.
Entonces supe que aquel botón había alegrado mi vida. Que no necesitaba nada más grande, menos estúpido. Y pensé que alguien había colocado ese botón, para mí.
Y me di cuenta de que entonces, hubo vida en el cielo, en el mar, en las estrellas y desde entonces, hubo vida en mí.
Lo pequeño, fue grande de repente. Desde entonces, ya no era yo, era yo, y era él, y ese botón lo había querido.
¿Cómo pudo algo tan pequeño hacer eso de mí? 
Paloma

domingo, 20 de mayo de 2012

Si alguien supiera...

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lo que es ser pequeña por un segundo;
y querer volar más allá de este mundo,
solo imaginándose mil sonrisas tuyas
y sonriendo con cada una de ellas;
oyendo qué palabras murmullas 
y esperando que tu voz pronuncie aquéllas.

Es tan sencillo como mirarte,
ser mirada y suspirar;
casi tanto como buscarte,
y ser encontrada en la orilla del mar.

Pero nunca llegaré donde tus tiernos ojos se esconden,
allá donde los interminables dedos de tus manos conocen.

Si me dieran: un minuto a tu lado
o más de cien años grises;
lo tendría más que claro,
sesenta segundos felices.

Millones de sonrisas perseguidas,
millones de estrellas perdidas.
Si alzo la mirada y hay azul,
sabré el lugar dónde te encuentras tú.


Clau.