Hace tiempo, soñé que entraba en un avión. Iba a
perderme por los castillos de Francia. Pero antes de llegar, durante el vuelo,
conocí a alguien que se sentaba a mi lado. Entonces no lo sabía, pero eras tú.
Tenía tu misma sonrisa, las mismas ganas de viajar y de conocer mundo. Tenía tu
voz y solo dejaba de hablar para escucharme a mí. Me miraba de la misma manera
de la que me enamoré al conocerte. Se sentaba de la misma forma y al
levantarse, caminaba igual que tú. No recuerdo su nombre, pero estoy más que
segura de que era el tuyo.
Hace tiempo, soñé un sueño. Era un sueño, un
simple sueño. Ahora, es real, estás a mi lado y cada día que amanece lo primero
que mis ojos ven al despertar eres tú. Hay noches, en las que una teme que a la
mañana siguiente no ocurra lo mismo, pero siempre pasa, y no hay mejor forma de
despertarse que ésta.
Hace tiempo, soñé contigo y algo quiso que ese
sueño fuera mi destino.
Hace tiempo, me gustaba irme a dormir para
soñar. Ahora, prefiero despertar y olvidarme de los sueños para estar contigo.
Clau.
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